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Un libro a leer y otro a releer. La honorable sociedad y La ideología alemana

karl Marx

“Toda clase que aspira a dominar debe conquistar ante todo el poder político para representar a su vez su propio interés como el interés general.”

Karl Marx, La ideología alemana

Así comienza la última novela de Dominique Manotti

Dominique Monotti es la autora  más política, en el antiguo y honesto significado del término, entre los autores negrocriminales del momento actual.

La honorable sociedad, título de la última novela de Dominique Manotti (a cuatro manos con DOA) no habla de la “Familia siciliana” pero si de la mafia del poder. La honorable sociedad de las llamadas clases altas (linajes incluidos)  suelen tener poco de honorable. Es nada más y nada menos que la alianza entre el mundo de la clase política y el mundo de los negocios.

La lucha de clases existe y hace mucho tiempo que ganan ellos.

2007, pocos días antes de la primera vuelta de las presidenciales francesas, encuentran el cadáver de un hombre en su casa. Los policías de la brigada criminal encargados del caso comprueban que se trata de un policía que trabajaba para el Comissariat à l’Energie Atomique. Pronto descartarán la pista “demasiado clara” que lleva hacia un grupo de ecologistas radicales…

Haciendo la lectura en clave francesa actual, es fácil poner nombres y apellidos a algunos personajes de la trama. Y si los autores exageran o mienten, no nos importa, no es nada comparado con la gran mentira de los que nos toman por tontos. Esta novela demuestra, una vez más, que no hay nada más real que la ficción para explicar la sucia realidad que vivimos.

La honorable sociedad

«(…) Astier, una institución del distrito once. Una institución en su vida, en su vida de antes. Antes de las chicas, antes de todo lo demás. Pâris entra en el restaurante.

Christelle ya ha llegado, tiene una copa de vino blanco y unas finas lonchas de salchichón en una bandeja delante de ella, mira cómo él se acerca, no se atreve a moverse o sonreír. Esta noche se lo juega todo y ella lo sabe.

Él toma asiento, intercambian algunas palabras vanas y pide el mismo aperitivo que su esposa. Deja el móvil encima de la mesa, ya no tiene fuerza o la necesidad de decir” por el trabajo”. Y su copa de vino llega al mismo tiempo que una llamada de Pereira. Pâris contesta, ni siquiera se levanta.

_ Dime.

“¿Estás con ella?”

_Sí.

“Entonces siento molestar, pero pensaba que lo querrías saber. Tentativa fallida respecto a Saffron Jones-Saber. A Duran le gustaría que nos escondiéramos cerca de una comunidad cerrada de intelectuales pero creo que perderíamos el tiempo.”

_ ¿ Courvoisier?

“Nada de momento.”

Echa un vistazo a su mujer. La mirada que le dirige no es muy amable.

_Te dejo. Hablamos mañana.

Pâris cuelga.

_ ¿ Vas a apagarlo?

_ No.

_Tenemos cosas importantes que decirnos.

_ Esto también lo es.

_Demasiado.

Un camarero viene a tomarles nota. Pâris, poco inspirado, se conforma con una carne poco hecha, su mujer tomará un entrante y una lubina. Y piden vino blanco, una botella.»

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