Edgard Allan Poe pasea a Charles Auguste Dupin por París
Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809 – Baltimore, Estados Unidos, 7 de octubre de 1849)
1841 – The murders in the Rue Morgue. Los crímenes de la calle Morgue.
1842 – The mystery of Marie Roget . El misterio de Maria Rôget
1844 – The purloined letter. La carta robada
La lectura de estos relatos de Poe nos ha situado en pleno siglo XIX . No es raro pues, que Charles Auguste Dupin, el personaje creado por el escritor americano Edgar Allan Poe y considerado como el primer detective aficionado de la historia de la novela policíaca fuera francés.
Dicen las malas lenguas que el autor americano se inspiró para crearlo en las Mémorias de François Vidocq , que habían sido publicadas en 1828. Un fascinante personaje que, después de un pasado delictivo y de ser confidente de la policía, se convirtió en el primer director de la Sûreté Nationale con 12 detectives a su cargo (algunos de ellos habían sido delincuentes como él) al mismo tiempo que ejercía de investigador privado.
Con Poe nos adentramos en la parisina Rue Morgue y en sus espantosos crimenes. La pareja que forman Dupin y su amigo, el narrador del que no conoceremos el nombre, son el embrión de lo que serán posteriores protagonistas de novelas policíacas. Dupin es culto y brillante, posee todas las dotes necesarias para ser un buen detective: tiene capacidad analítica; aplica la razón y la ciencia para resolver sus casos y tiene dotes de observación y de deducción fuera de lo común que siempre sorprenden y fascinan al amigo y narrador de sus historias. Un esquema que veremos reproducido y llevado hasta la perfección en el dúo compuesto por Holmes y Watson ( el propio Arthur Conan Doyle cita a Dupin en la primera de las novelas de Holmes, Estudio en escarlata) e imitado en la pareja formada por Poirot y Hastings.
Poe, en su trilogía criminal, también marcará la línea que seguirán posteriormente los autores del género: mantener el misterio hasta las últimas páginas y, llegados este punto, explicar los razonamientos a los que ha llegado el detective para encontrar la solución del caso.
¿Qué hace Charles Auguste Dupin el protagonista de las novelas en París?.
Para empezar vive en el 33, rue Dunot -3ème étage, – cerca del faubourg Saint-Germain. Es soltero. Su unico lujo son los libros. Ama la noche. “ Enamorado de la noche por la noche misma”. Y es en la noche que se dedica a noctambular, más que a deambular, por las calles de la capital francesa.
Es así, en la noche, como descubre asesinatos como los de la rue Morgue o el de Maria Roget, cuyo cadáver flotaba en el Sena.
¿Pero dónde y qué comía Charles Auguste Dupín ?
El personaje de Poe vive en el París de la revolución industrial. No lo imaginamos comiendo en su casa. Lo más probable es que frecuente los restaurants que están totalmente de moda en aquellos años regentados por los descendientes de aquellos cocineros de los aristócratas caídos en desgracia tras la Revolución Francesa. Los cocineros que obtuvieron los permisos necesarios para abrir locales donde ganarse la vida con su oficio. La palabra restaurant procede del verbo restaurer. En el siglo dieciocho fue un termino que se usaba para referirse a una especia de caldo reparador y “restaurador” , y aquellos locales que daban aquel caldo promocional, además de otros platos, se quedaron con el término.
Regresemos al siglo XIX. En los restaurantes oficiaban los grandes cocineros que antaño estaban al servicio de señores y príncipes, pero a nivel popular existían también los restaurantes más modestos. Los que alimentan cada vez a una mayor clientela. Cada vez hay mayor cantidad de hombres que no comen en casa, ya que en casa no hay quien les prepare la comida. La revolución industrial saca a muchas mujeres de los hogares familiares y por tanto de los fogones. Muchas se ven empujadas a trabajar fuera de casa como mano de obra barata por un mísero salario para contribuir a la economía familiar. Los hábitos están cambiando en las grandes aglomeraciones urbanas.
Dupín se pasea por los nuevos barrios de París. Barrios populares como Montmartre, del que Simenon , muchos años más tarde diría que era un «village en-dehors de la ville…”. Un barrio con tabernas para obreros,- la nueva clase recién estrenada-, para macarras y prostitutas, artesanos del barrio, algún que otro estudiante y artistas con los bolsillos vacíos. Pero seguro que muchas veces comería acompañado de su amigo el narrador y “pagano», en el primer café literario del mundo donde había que dejarse ver si querías ser alguien en la ciudad de la luz: El café Le Procope. ¿Coincidiría allí con el ya viejo Balzac?
Dupin es «un caballero de excelente familia, de familia ilustre, pero por una serie de desgraciados sucesos reducido a tal pobreza que la energía de su carácter sucumbió bajo ella, con lo que se apartó del mundo y renunció a recuperar su fortuna”. Pero tiene la suerte de vivir con su amigo mucho “más acomodado que él”.
Su cultura y estatuto social le permite saber que ya no está de moda comer grandes cantidades pero que es un signo de distinción comer alimentos “raros” como las ostras. La buena cocina de aquellos años venía inspirada por el genio de Antoine Carême, el mejor representante de una tipo de cocina que podríamos denominar «de corte», que tuvo su ocaso en los años en que Dupin se paseaba por París.
Total, que más da lo que comiera , lo más seguro es que su buen amigo, el narrador sin nombre, pagaría la cuenta.
Además de los libros del autor, anteriormente citados, aconsejo a los más gastrónomos la lectura de la Fisiología del Gusto de A Brillart-Savarin . Un clásico de la literatura gastronómica. O el delicioso Recuerdos Gastronómicos de Curnonsky, el príncipe de los gastrónomos.