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Arístides Lao, Autores, Javier Calvo, Uncategorized

Javier Calvo, y el huevo frito de Arístides Lao

Según Javier Calvo, la Transición no fue de color gris ni de color sepia. Fue negra ceniza de meteorito.

La Nueva España que se fue gestando durante los años setenta y siete y setenta y ocho fue un “jardín colgante” sin  pasado ni futuro. Una rocambolesca mentira. Un perverso país de las no maravillas. No un cuento de hadas sino un cuento de ogros. La gran impostura. De aquellos barros, estos lodos.

Todas estas cosas y muchas más se ha atrevido a contarse y a contarnos Javier Calvo. Su visión, muy personal, del nacimiento político del entorno social en el que le ha tocado vivir. En el que estamos viviendo.

El jardín colgante es una novela rara. Rara de raro, de extraordinario, de singular, de poco común . Una novela atrevida para estos tiempos anestesiados en que vivimos, más allá de cualquier crisis y de todas las crísis. Escrita con un estilo tremendamente personal, rico y preciso, narra la operación que debe llevar a cabo un agente de los servicios secretos, Arístides Lao, en torno a una organización de extrema izquierda, la TOD, en la que tiene a varios infiltrados. Lao pondrá en marcha una idea tan loca y kafkiana que traerá consecuencias inimaginables. Arístides Lao, afectado de síndrome de Asperger, quedará como uno de los grandes personajes de la novela “policriminal y de espías”. Tiene tal consistencia que merecería una “no” serie o una serie kafkianocriminal, real como la vida misma.

(…)  “Lao es bajito y rechoncho, parece ser al mismo tiempo pelirrojo y calvo, y lleva unas gafas absurdamente gruesas que le distorsionan los ojos, agrandándoselos o bien reduciéndoselos, según el ángulo con que uno mire. En general todos los empleados de la Delegación del SECED detestan al agente Lao, pero es entre el personal femenino donde se concentran las mayores proporciones de asco. Hay algo en su cuerpecillo blando y lechoso que le da aspecto de alimaña extraída de su caparazón y expuesta a los elementos. De versión inflada y pelirroja de un polluelo blanquecino que se ha caído del nido. Pero es la expresión de su cara lo que realmente le revuelve a uno las tripas. Una expresión neutra, tan carente de emociones visibles o de reacciones familiares que produce un rechazo inmediato.”  

Increíblemente, Javier Calvo ha hecho que los personajes de este libro coman y beban. Durante el desarrollo de la trama aparecen bolsas de magdalenas, sauerkraut, pumpernickel, queso de Ibiza, caldereta de langosta, guiso de raya, y hasta un huevo frito. Pero no un huevo frito cualquiera, el mejor huevo frito de la literatura, más allá de los géneros

(…) “En la cocina, Lao calienta aceite en una sartén pequeña y casca un huevo. Espolvorea un poco de sal encima y lo echa en la sartén con cuidado de no romper la yema, una contingencia que obligaría a iniciar de nuevo el proceso. Luego se queda de pie delante del fogón, mirando cómo crepita el huevo. Tanto las encimeras de la cocina como la superficie superior de la nevera están llenas de cajas de comida que la señora Lao se ha hecho traer después de que cayera el meteorito, por lo que pueda pasar. El caso criminal alerta de la posibilidad de que el meteorito desencadene un invierno nuclear en España.

El huevo sigue crepitando en la sartén cuando Lao mira de reojo al otro lado de la puerta de la cocina, en dirección a la mesilla del recibidor, donde está su maletín del trabajo. La ventana de lamas pivotantes de la cocina es la única de la casa que no tiene persiana, de manera que los cristales están todos cubiertos de ceniza negra. Lao sale de la cocina. Abre su maletín y saca el expediente restringido de la Operación Cólera que le ha hecho llegar esta misma tarde el capitán Oms.

En el fogón, los rebordes del huevo frito se doran, se rizan y se oscurecen. La yema cuaja.

Lao abre el dossier. El expediente tiene unas doscientas páginas,…”

Lean el libro y sabrán como termina el huevo frito por Lao despues de estas doscientas páginas de expediente.

Y para acompañar el libro, música de los Sex Pistols o de Patty Smith, por ejemplo.

Y si además quieren saber más cosas de su autor léanlas en su blog http://elblogdejaviercalvo.blogspot.com/

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